Salón del Piano.
2 participantes
Página 1 de 1.
Re: Salón del Piano.
No añadí nada más y salimos de su habitación. La llevé casi sin ver el camino por el que andábamos hacía aquel lugar donde la tranquilidad moraba en medio de la oscuridad...
Busqué entre mi uniforme, la llave de la habitación. Tenía una copia, igual que Kaname, el Director, etc.
Puse la llave en la cerradura y apoyé una mano en la puerta, sintiendo su frialdad y esperando a oír el click que me indicara que podía abrirla. Al fin lo escuché y di paso a la habitación.
Dejé entrar primero a Lilith y luego me fui acercando hacía el piano, que descansaba justo en medio de la sala, al lado del enorme ventanal blando. Pero no me detuve allí. En lugar de eso me senté en un banco cerca y apoyé mi rostro en una mano.
- ¿Podré oír?- pregunté con una dulce sonrisa, mirándola.
Busqué entre mi uniforme, la llave de la habitación. Tenía una copia, igual que Kaname, el Director, etc.
Puse la llave en la cerradura y apoyé una mano en la puerta, sintiendo su frialdad y esperando a oír el click que me indicara que podía abrirla. Al fin lo escuché y di paso a la habitación.
Dejé entrar primero a Lilith y luego me fui acercando hacía el piano, que descansaba justo en medio de la sala, al lado del enorme ventanal blando. Pero no me detuve allí. En lugar de eso me senté en un banco cerca y apoyé mi rostro en una mano.
- ¿Podré oír?- pregunté con una dulce sonrisa, mirándola.
Re: Salón del Piano.
Me eché a Reír. ¿Cómo no dejarla? sería muy malo de mi parte. No soy así... ¿A caso qué clase de Vampiro cree que soy? Otra vez volví a reír.
- NO - dije, friamente. - que, No te dejaré salir de aquí hasta que me oigas tocar - Hablé para luego reír.
Aguardé un momento y aprobeché para pasar los dedos por sobre las teclas. Era una manía que tenía desde pequeña.
- NO - dije, friamente. - que, No te dejaré salir de aquí hasta que me oigas tocar - Hablé para luego reír.
Aguardé un momento y aprobeché para pasar los dedos por sobre las teclas. Era una manía que tenía desde pequeña.
Re: Salón del Piano.
Por un momento parpadeé sorprendida ante la vehemencia de su primer palabra, no me lo esperaba en lo absoluto. Pero luego ella se rió y terminó la frase y volví a sonreírle, sólo que esta vez la sonrisa sólo brillaba en mis ojos.
- Muy divertido, Hiou-san- le miré con fingido reproche y luego le guiñe un ojo y me incliné sobre la silla.
- Toca, por favor- pedí, pero ya seria. La miraba a los ojos, como siempre haría cuando le pidiera algo que realmente deseara.
Sus iris violeta, seguían cargados de esa chispa. Tan sólo la miré.
Y entonces recordé algo que, pese a la intensidad de mi memoria, había olvidado.
Aquella noche nevada, hacía años... Lilith tenía un punto negro en su ojo derecho, en su iris.
¿Dónde se había ido ese pequeño punto?
- Muy divertido, Hiou-san- le miré con fingido reproche y luego le guiñe un ojo y me incliné sobre la silla.
- Toca, por favor- pedí, pero ya seria. La miraba a los ojos, como siempre haría cuando le pidiera algo que realmente deseara.
Sus iris violeta, seguían cargados de esa chispa. Tan sólo la miré.
Y entonces recordé algo que, pese a la intensidad de mi memoria, había olvidado.
Aquella noche nevada, hacía años... Lilith tenía un punto negro en su ojo derecho, en su iris.
¿Dónde se había ido ese pequeño punto?
Re: Salón del Piano.
- De acuerdo - Asentí.
Miré mis manos... mis dedos, y los deslizé por última vez. ¿Qué iba a tocar? ¿algo mío? No, no sería tan grato. Tal vez algo un poco conocido, pero no tanto. Beethoven, pensé. ¿Cuál? Ya me molestaba lo clásica y popular que se había vuelto Fur Elise.
ah Lilith... piensa. - Me dije.
Moonlight. Era perfecto. Tanto amé esa sonata cuando la oí por primera vez...
Luego le preguntaría a ella cuál quería oír. Por ahora ya estaba apoyando mis dedos.
Dejé caer lentamente mis párpados, y a mover mis dedos lentamente,
cuan doloroso resultaba. tanto tiempo sin tocar... debía recordar.
No eran notas ligeras, eran sensaciones, aquella que sueltas a medida que vas pulzando las teclas. Con el sonido tan embriagadoramente triste, para mí lo era. Era suave y ligero pero triste, con notas más agudas que le daban un toque amargo. Un ritmo que me identificaba a lo mucho.
La música compuesta por los genios, pensé, Nos hace sentir embriagados, sobrecogidos, descansados, en un lugar idílico del que nunca querríamos salir… Cierto era que yo, no era genio en el piano ni poco menos, pero si había algo que podía hacer era interpretar con mis propios sentimientos la melodía.
Y el ambiente tenía su toque de amargura y emoción. Pero cada uno interpreta la música como mejor le parezca, esa es la grandeza y la pequeñez de esto.
Pero yo podía apretar más mis ojos, y perderme en el ritmo, en esa tierra de ensueños que tanto desee. Con esa melodía que subía y bajaba por mi imaginación. Que me llenaba y me vaciaba, al ser tan perfecta y al mostrarme realmente que sólo era una ilusión. De que ese lugar se desvanecería en el momento en que acabara.
Pero No quería dejar de tocar, aunque iba llegando a su fin.
Miré mis manos... mis dedos, y los deslizé por última vez. ¿Qué iba a tocar? ¿algo mío? No, no sería tan grato. Tal vez algo un poco conocido, pero no tanto. Beethoven, pensé. ¿Cuál? Ya me molestaba lo clásica y popular que se había vuelto Fur Elise.
ah Lilith... piensa. - Me dije.
Moonlight. Era perfecto. Tanto amé esa sonata cuando la oí por primera vez...
Luego le preguntaría a ella cuál quería oír. Por ahora ya estaba apoyando mis dedos.
Dejé caer lentamente mis párpados, y a mover mis dedos lentamente,
cuan doloroso resultaba. tanto tiempo sin tocar... debía recordar.
No eran notas ligeras, eran sensaciones, aquella que sueltas a medida que vas pulzando las teclas. Con el sonido tan embriagadoramente triste, para mí lo era. Era suave y ligero pero triste, con notas más agudas que le daban un toque amargo. Un ritmo que me identificaba a lo mucho.
La música compuesta por los genios, pensé, Nos hace sentir embriagados, sobrecogidos, descansados, en un lugar idílico del que nunca querríamos salir… Cierto era que yo, no era genio en el piano ni poco menos, pero si había algo que podía hacer era interpretar con mis propios sentimientos la melodía.
Y el ambiente tenía su toque de amargura y emoción. Pero cada uno interpreta la música como mejor le parezca, esa es la grandeza y la pequeñez de esto.
Pero yo podía apretar más mis ojos, y perderme en el ritmo, en esa tierra de ensueños que tanto desee. Con esa melodía que subía y bajaba por mi imaginación. Que me llenaba y me vaciaba, al ser tan perfecta y al mostrarme realmente que sólo era una ilusión. De que ese lugar se desvanecería en el momento en que acabara.
Pero No quería dejar de tocar, aunque iba llegando a su fin.
Re: Salón del Piano.
Esa tarde nevada, mientras fuera volvía a nevar con fuerza, escuché por primera vez a Lilith tocando el piano. Fue una experiencia que no puedo describir y que tampoco pretendo compartir con nadie.
Era hermoso. Es todo lo que puede sonar coherente de mis labios. Recuerdo que cerré los ojos y me pregunté por qué no salía nada de ellos. Debería haber llorado, de alguna manera. Pero no lo hice y tan sólo permanecí con la cabeza ladeada, con los pensamientos en algún punto de mi mente.
No reconocía la música. Sabía que no era de su propia composición, pero no podía recordar dónde la había oído. Tal vez en alguna reunión que no tenía nada que ver con eso. Y no importaba, por lo que pronto perdí la cabeza intentando absorber con cada fibra de mi ser aquella hermosa música. Durante un tiempo indefinido no se oyó otra cosa que el piano y aún recuerdo la sensación de mis manos, relajadas de forma natural sobre mi regazo.
No puedo entender... tantas cosas. Pero oírla tocar ese piano que ha estado en silencio por tantas semanas, puedo casi volar... es extraño
Ni siquiera cuando terminó la melodía pude desprenderme de esa sensación tan curiosa. Curiosa era la palabra, porque no estaba acostumbrada a sentir ese tipo de emoción.
Al fin abrí los ojos y la miré. Suave, dulcemente, como agradeciendo un pequeño gran regalo.
- Gracias- dije con sencillez- Eso ha sido precioso.
Era hermoso. Es todo lo que puede sonar coherente de mis labios. Recuerdo que cerré los ojos y me pregunté por qué no salía nada de ellos. Debería haber llorado, de alguna manera. Pero no lo hice y tan sólo permanecí con la cabeza ladeada, con los pensamientos en algún punto de mi mente.
No reconocía la música. Sabía que no era de su propia composición, pero no podía recordar dónde la había oído. Tal vez en alguna reunión que no tenía nada que ver con eso. Y no importaba, por lo que pronto perdí la cabeza intentando absorber con cada fibra de mi ser aquella hermosa música. Durante un tiempo indefinido no se oyó otra cosa que el piano y aún recuerdo la sensación de mis manos, relajadas de forma natural sobre mi regazo.
No puedo entender... tantas cosas. Pero oírla tocar ese piano que ha estado en silencio por tantas semanas, puedo casi volar... es extraño
Ni siquiera cuando terminó la melodía pude desprenderme de esa sensación tan curiosa. Curiosa era la palabra, porque no estaba acostumbrada a sentir ese tipo de emoción.
Al fin abrí los ojos y la miré. Suave, dulcemente, como agradeciendo un pequeño gran regalo.
- Gracias- dije con sencillez- Eso ha sido precioso.
Re: Salón del Piano.
Probablemente era sólo una impresión, pero me sentía algo mareada. Puede que haya sido mucho de una vez, pensé, pues hacía tiempo que no tocaba algo y, con Mozart cualquiera se pierde en sí mismo.
-No tienes que agradecer - dije, suavemente, en una voz irreconosible.
-Yo debo agradecerte por traerme a este hermoso sitio - Murmuré con esa misma suavidad mientras miraba mis dedos.
Había algo que apretaba mi pecho, algo que no podía reconocer ni por más que quiciera.
Miré las teclas, miré el piano, por el gran ventanal y finalmente a Juri.
Quice quedarme en silencio, en aquella habitación. Como hace tiempo, quería hacer todo lo que hace tiempo no hacía.
Melancolía, maldita sea. Nostalgia.
¿Acaso era eso? Ni idea, no podía desifrarlo.
Me perdí por un momento de mí misma, ocultándome quién sabe dónde, pero no podía seguir así.
- ¿Cantas? - Mi voz logró sacarme completamente de ese misterioso lugar.
Ahora esas sensaciones habían desaparecido, o se habían transformado todas en una sola: Ansiedad.
Si podía oír a esa chica cantar, a aquella que su mirada no podía dejar de recordar... sería maravilloso, mejor incluso que volver a tocar piano.
No se puede todo lo que se quiere, eso lo sabía perfectamente bien, pero aún así ansiaba saber que ella podía hacerlo, que podía cantar mientras yo tocaba, que me acompañaría esta vez.
Me quedé mirando sus hermosos ojos, aguardando esa tan anhelada respuesta.
-No tienes que agradecer - dije, suavemente, en una voz irreconosible.
-Yo debo agradecerte por traerme a este hermoso sitio - Murmuré con esa misma suavidad mientras miraba mis dedos.
Había algo que apretaba mi pecho, algo que no podía reconocer ni por más que quiciera.
Miré las teclas, miré el piano, por el gran ventanal y finalmente a Juri.
Quice quedarme en silencio, en aquella habitación. Como hace tiempo, quería hacer todo lo que hace tiempo no hacía.
Melancolía, maldita sea. Nostalgia.
¿Acaso era eso? Ni idea, no podía desifrarlo.
Me perdí por un momento de mí misma, ocultándome quién sabe dónde, pero no podía seguir así.
- ¿Cantas? - Mi voz logró sacarme completamente de ese misterioso lugar.
Ahora esas sensaciones habían desaparecido, o se habían transformado todas en una sola: Ansiedad.
Si podía oír a esa chica cantar, a aquella que su mirada no podía dejar de recordar... sería maravilloso, mejor incluso que volver a tocar piano.
No se puede todo lo que se quiere, eso lo sabía perfectamente bien, pero aún así ansiaba saber que ella podía hacerlo, que podía cantar mientras yo tocaba, que me acompañaría esta vez.
Me quedé mirando sus hermosos ojos, aguardando esa tan anhelada respuesta.
Re: Salón del Piano.
La esperé, porque había algo en su postura que me decía que se había emocionado hondamente. No podía decir que yo no lo había hecho, algo en lo profundo de mi corazón se había deshelado y aleteaba como un pequeño pájaro que fuera hacía la puerta misma de su jaula. Y mis ojos lo decían totalmente, estaban tan expresivos como nunca lo estaría mi rostro.
La voz de Lilith era suave, oh, infinitamente suave, como un latido de corazón, como una pluma deslizándose suavemente por el calor de la piel. Y mis pensamientos volaban bajo por el mar azul... asesino dulce del sueño delicado.
Una lenta pero segura sonrisa se extendió por mi rostro. Me acerqué a ella y al piano y cambié la página de la partitura preparada. Buscaba una canción en especial, una que no cantaba desde que había llegado ahí.
Y cuando Lilith comenzó a tocar nuevamente, simplemente no pude contenerme más y comencé a cantar:
Softly the light shines in through
The gates of grace on me and you
Deceiving our restless hearts
La letra fluía rápida y suavemente... De pie, junto al piano, sólo la sentía deslizarse por mí... lo estaba disfrutando.
A flickering flame so serene
Devours the night so we could see
The fear we hold on to so strong
But i know where i belong.
¿Era orgullo lo que sentía al cantar? No lo sabía, pero cantaba con todo mi corazón, como si al hacerlo estuviera sanándolo por fin...
Away from your gods
That heal all wounds and light this endless dark
Lonely the light shines on you
Through the gates of
fire entombed
Feeding on your love
Weak is the blaze that kept me away
From cruelty and tenderness embraced
Saving my
soul no more
And i know where i belong
Todo era borroso, incluso el cabello oscuro de Lilith que caía suavemente alrededor de ella mientras tocaba, se perdía en la propia oscuridad de lo que se presentaba sin parar...
Mi voz transmitía lo que en otra ocasión hubieran dicho mis ojos, sin pensar...
Away from your gods
That heal all wounds and light this endless dark
That shine
on you and tame your burning heart
That bury my truth right into your arms
That worship the tomb of our forlorn love.
La última estrofa salió de mí como un canto entremezclado con dulzura, y con los ojos abiertos de par en par, fundiéndose en un sólo sonido con el piano...
Lilith siguió tocando, hasta el final de la partitura. Y cuando al final la canción volvió a extinguirse en el horizonte, fue como si todo estuviera en su lugar, por una vez.
Sentía como si me despertara de un hermoso sueño. Sólo que yo no quería despertar, no cuando todo estaba tan bien.
La voz de Lilith era suave, oh, infinitamente suave, como un latido de corazón, como una pluma deslizándose suavemente por el calor de la piel. Y mis pensamientos volaban bajo por el mar azul... asesino dulce del sueño delicado.
Una lenta pero segura sonrisa se extendió por mi rostro. Me acerqué a ella y al piano y cambié la página de la partitura preparada. Buscaba una canción en especial, una que no cantaba desde que había llegado ahí.
Y cuando Lilith comenzó a tocar nuevamente, simplemente no pude contenerme más y comencé a cantar:
Softly the light shines in through
The gates of grace on me and you
Deceiving our restless hearts
La letra fluía rápida y suavemente... De pie, junto al piano, sólo la sentía deslizarse por mí... lo estaba disfrutando.
A flickering flame so serene
Devours the night so we could see
The fear we hold on to so strong
But i know where i belong.
¿Era orgullo lo que sentía al cantar? No lo sabía, pero cantaba con todo mi corazón, como si al hacerlo estuviera sanándolo por fin...
Away from your gods
That heal all wounds and light this endless dark
Lonely the light shines on you
Through the gates of
fire entombed
Feeding on your love
Weak is the blaze that kept me away
From cruelty and tenderness embraced
Saving my
soul no more
And i know where i belong
Todo era borroso, incluso el cabello oscuro de Lilith que caía suavemente alrededor de ella mientras tocaba, se perdía en la propia oscuridad de lo que se presentaba sin parar...
Mi voz transmitía lo que en otra ocasión hubieran dicho mis ojos, sin pensar...
Away from your gods
That heal all wounds and light this endless dark
That shine
on you and tame your burning heart
That bury my truth right into your arms
That worship the tomb of our forlorn love.
La última estrofa salió de mí como un canto entremezclado con dulzura, y con los ojos abiertos de par en par, fundiéndose en un sólo sonido con el piano...
Lilith siguió tocando, hasta el final de la partitura. Y cuando al final la canción volvió a extinguirse en el horizonte, fue como si todo estuviera en su lugar, por una vez.
Sentía como si me despertara de un hermoso sueño. Sólo que yo no quería despertar, no cuando todo estaba tan bien.
Re: Salón del Piano.
La voz de Juri era verdaderamente angelical.
Me rompía el corazón.
¿Las cosas podrían ser así, eternamente?
Era algo tan misteriosamente agradable. Era cálido.
Mis dedos se movían de la mejor manera posible. Se me hacía algo difícil sin siquiera haber mirado antes la partitura.
Pero no importaba en absoluto, en esos momentos todo era suave y bonito.
Y aunque no quiciera que terminara, debía acabar... extrañamente, aún cuando yo había terminado, el sonido seguía en el aire, flotando... subiendo y bajando.
Cerré los ojos... ¿cuánto tiempo duraría?
tal vez esto no era bueno, tal vez... sólo debería intentarlo.
Desde pequeña fui de fáciles sonrisas, y a medida que pasaba el tiempo se volvían vacías y hasta demasiadas. Eso cambió cuando entré a la academia, y ahora podía sonreír con toda sinceridad.
La miré un momento, sus ojos seguían tan bellos como siempre.
- Eso si que ha sido precioso - Aplaudí felizmente - Una voz como la tuya, mh... creo que demoraría siglos en encontrar alguna que se le paresca - Reí - Pues, pensándolo bien creo que sería tiempo perdido... -
Me rompía el corazón.
¿Las cosas podrían ser así, eternamente?
Era algo tan misteriosamente agradable. Era cálido.
Mis dedos se movían de la mejor manera posible. Se me hacía algo difícil sin siquiera haber mirado antes la partitura.
Pero no importaba en absoluto, en esos momentos todo era suave y bonito.
Y aunque no quiciera que terminara, debía acabar... extrañamente, aún cuando yo había terminado, el sonido seguía en el aire, flotando... subiendo y bajando.
Cerré los ojos... ¿cuánto tiempo duraría?
tal vez esto no era bueno, tal vez... sólo debería intentarlo.
Desde pequeña fui de fáciles sonrisas, y a medida que pasaba el tiempo se volvían vacías y hasta demasiadas. Eso cambió cuando entré a la academia, y ahora podía sonreír con toda sinceridad.
La miré un momento, sus ojos seguían tan bellos como siempre.
- Eso si que ha sido precioso - Aplaudí felizmente - Una voz como la tuya, mh... creo que demoraría siglos en encontrar alguna que se le paresca - Reí - Pues, pensándolo bien creo que sería tiempo perdido... -
Re: Salón del Piano.
En el aire, nítidamente, todavía quedaba el eco de las notas que Lilith había tocado para que yo pudiera cantar. La oí, la oí. Sonreí y luego me sonrojé. Y luego... sencillamente, la canción seguían, no sólo en mi mente, sino también en mi corazón.
- No es la gran cosa- respondí- Pero la manera en la que tocas el piano... Lilith-chan... realmente me gustaría oírte muchas veces más. ¿Podrías tocar para mí, en los días lluviosos?
Mis ojos seguían tristes, como siempre habían sido. Pero ahora había en ellos una nueva energía. Tenía la esperanza de que, si ella volvía a tocar alguna vez, podría no sentirme tan perdida...
A pesar de todo. Creo que en ese entonces, estaba equivocada.
Todavía creía en los sueños grises. Y confiaba en aquella chica más de lo que debería haber confiado.
En ese momento, creo que fue precisamente en ese momento, que olvidé quién era ella. Y esperé que ella también se olvidara de quien era yo.
De ahora en adelante, no seríamos más Kuran ni Hiou entre nosotras.
Sólo seríamos Lilith y Juri. Yo no sabía si ella podría perdonarnos alguna vez. Pero no volví a preguntar, ni a ella ni a mi misma.
Tan sólo resolví que dejaría que el tiempo hiciese lo que quisiese.
Mientras pudiera seguir con ese sueño, entonces, tal vez, todo estaría bien.
Como antes.
- No es la gran cosa- respondí- Pero la manera en la que tocas el piano... Lilith-chan... realmente me gustaría oírte muchas veces más. ¿Podrías tocar para mí, en los días lluviosos?
Mis ojos seguían tristes, como siempre habían sido. Pero ahora había en ellos una nueva energía. Tenía la esperanza de que, si ella volvía a tocar alguna vez, podría no sentirme tan perdida...
A pesar de todo. Creo que en ese entonces, estaba equivocada.
Todavía creía en los sueños grises. Y confiaba en aquella chica más de lo que debería haber confiado.
En ese momento, creo que fue precisamente en ese momento, que olvidé quién era ella. Y esperé que ella también se olvidara de quien era yo.
De ahora en adelante, no seríamos más Kuran ni Hiou entre nosotras.
Sólo seríamos Lilith y Juri. Yo no sabía si ella podría perdonarnos alguna vez. Pero no volví a preguntar, ni a ella ni a mi misma.
Tan sólo resolví que dejaría que el tiempo hiciese lo que quisiese.
Mientras pudiera seguir con ese sueño, entonces, tal vez, todo estaría bien.
Como antes.
Re: Salón del Piano.
Asentí suavemente, y luego miré por la ventana.
La nieve... tan pura, pero tan fría...
- Tocaré para ti, pero también me gustaría oírte cantar - dije, con mi vista perdida aún - Será divertido.
Ya estaba bien ¿no? dejar de pensar en aquello... dejar de recordármelo todas las noches, todos los días mientras no podía dormir...
Había que estar más contenta, más feliz, de todas las cosas magníficas que podrían ocurrir.
Vivir como los ancianos... encerrándose en el pasado, de esa manera no conseguiría nada y eso lo sabía.
Si tan sólo pudiera perder la memoria. Pero no, iba a estar bien, ahora dejaría esto en las manos del destino.
Volví la vista a Juri
- ¿No crees que... podría ser una linda amistad? - Mi voz sonó animada - Podríamos... hacer muchas cosas, como ir a hacer cosas divertidas al pueblo o asustar a la gente, tal vez molestar a la clase diurna o beber té y conversar y... y... bueno, acompañarnos un poco.- A medida que iba hablando iba bajando la vista, cada vez más sonrojada...
Siempre deseé que las cosas pudiesen ser así, tener a alguien especial contigo y compartir el tiempo. Hablar, reír, conversar, hacer travesuras, o etc.
Tal vez... sólo quería olvidar a mi hermana, o recordar cosas que hacía con ella. No. No quería reemplazarla, pero aún así soñaba con no estar tan sola.
La nieve... tan pura, pero tan fría...
- Tocaré para ti, pero también me gustaría oírte cantar - dije, con mi vista perdida aún - Será divertido.
Ya estaba bien ¿no? dejar de pensar en aquello... dejar de recordármelo todas las noches, todos los días mientras no podía dormir...
Había que estar más contenta, más feliz, de todas las cosas magníficas que podrían ocurrir.
Vivir como los ancianos... encerrándose en el pasado, de esa manera no conseguiría nada y eso lo sabía.
Si tan sólo pudiera perder la memoria. Pero no, iba a estar bien, ahora dejaría esto en las manos del destino.
Volví la vista a Juri
- ¿No crees que... podría ser una linda amistad? - Mi voz sonó animada - Podríamos... hacer muchas cosas, como ir a hacer cosas divertidas al pueblo o asustar a la gente, tal vez molestar a la clase diurna o beber té y conversar y... y... bueno, acompañarnos un poco.- A medida que iba hablando iba bajando la vista, cada vez más sonrojada...
Siempre deseé que las cosas pudiesen ser así, tener a alguien especial contigo y compartir el tiempo. Hablar, reír, conversar, hacer travesuras, o etc.
Tal vez... sólo quería olvidar a mi hermana, o recordar cosas que hacía con ella. No. No quería reemplazarla, pero aún así soñaba con no estar tan sola.
Re: Salón del Piano.
Lancé una risa. Sonó extraña y algo gutural, pero sincera. Creo que eso era lo más importante. En cierto modo me sentía distante. La música nunca hizo otra cosa que alejarme lentamente de las cosas que estaban ahí. Tal vez la diferencia ahí era que Lilith venía conmigo, incluso la voz que sonaba ligera porque las palabras eran tan importantes que se decían así por si no estaba dispuesta a escucharlas o aceptarlas..... no lo sabía.
Sencillamente, no importaba. Si seguía pensando en ello, entonces no podría decir nunca que sí, a nada.
Quise extender la mano para que ella la tomara de nuevo, en un gesto tan anticuado y sin embargo tan expresivo en el tiempo. Pero no lo hice. En lugar de ello, respondí en voz alta, y mi voz era suave, con un borde de alegría que casi se podía saborear.
Dije:
- Si, tienes razón. Eso estaría bien, si pudiera ser así.
La miré cálidamente y sonreí con calma. El tiempo de la tempestad había pasado y quería hacer algo, cualquier cosa.
Incluso jugar. Como no lo había hecho hacía tanto tiempo que no podía recordar cuánto.
Sencillamente, no importaba. Si seguía pensando en ello, entonces no podría decir nunca que sí, a nada.
Quise extender la mano para que ella la tomara de nuevo, en un gesto tan anticuado y sin embargo tan expresivo en el tiempo. Pero no lo hice. En lugar de ello, respondí en voz alta, y mi voz era suave, con un borde de alegría que casi se podía saborear.
Dije:
- Si, tienes razón. Eso estaría bien, si pudiera ser así.
La miré cálidamente y sonreí con calma. El tiempo de la tempestad había pasado y quería hacer algo, cualquier cosa.
Incluso jugar. Como no lo había hecho hacía tanto tiempo que no podía recordar cuánto.
Re: Salón del Piano.
Levanté cuidadosamente mi rostro. Aún sentía algo de pena, y estaba ligeramente sonrojada. Esto le daba un toque más humano a mi cara, por extraño que fuese.
Y bien, ahora qué?
- Si, tienes razón. Eso estaría bien, si pudiera ser así.
Había una chispa en su tono, algo que me hacía pensar en que tal vez... sólo tal vez estaba soñando.
Me llevé una mano al rostro y, sin pensarlo dos veces jalé mi mejilla.
-ouch. ouch - dije para mí.
Miré ésta vez, con ilusión a mi acompañante...
Algo que no podría describir me invadió. Un impulso probablemente, o tal vez sólo el deseo de hacer algo divertido.
No importaba, pues estaba decidida.
Tomé la mano de Juri y corrí con ella hacia la puerta
Justo antes de girar el pomo, me volteé para verla una vez más a los ojos - Entonces... que no sea sólo una posibilidad. -
Fueron mis únicas palabras. No esperé respuesta ni en sus palabras ni en sus ojos, simplemente abrí la puerta y corrí con ella de la mano
Nada pasaba por mi cabeza en ese instante, nada que no fuera el hermoso paisaje que vi al llegar...
Seguía dando pasos por los pasillos y ya nisiquiera podía sentir si aún tenía su mano...
- ¡Vamos! - Dije, nuevamente llena de alegría.
Y bien, ahora qué?
- Si, tienes razón. Eso estaría bien, si pudiera ser así.
Había una chispa en su tono, algo que me hacía pensar en que tal vez... sólo tal vez estaba soñando.
Me llevé una mano al rostro y, sin pensarlo dos veces jalé mi mejilla.
-ouch. ouch - dije para mí.
Miré ésta vez, con ilusión a mi acompañante...
Algo que no podría describir me invadió. Un impulso probablemente, o tal vez sólo el deseo de hacer algo divertido.
No importaba, pues estaba decidida.
Tomé la mano de Juri y corrí con ella hacia la puerta
Justo antes de girar el pomo, me volteé para verla una vez más a los ojos - Entonces... que no sea sólo una posibilidad. -
Fueron mis únicas palabras. No esperé respuesta ni en sus palabras ni en sus ojos, simplemente abrí la puerta y corrí con ella de la mano
Nada pasaba por mi cabeza en ese instante, nada que no fuera el hermoso paisaje que vi al llegar...
Seguía dando pasos por los pasillos y ya nisiquiera podía sentir si aún tenía su mano...
- ¡Vamos! - Dije, nuevamente llena de alegría.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.