Un paseo dominical (Rol privado con Lelouch Lamperouge)

Finalmente había conseguido salir de la Academia, había decidido pasear por el pueblo para despejar mi mente. Pese a que era de día podría decirse que gozaba de un exelente humor, aquel ambiente rodeado de humanos no parecía tan estresante después de todo. Mirando por los escaparates de las tiendas me detuve súbitamente al llegar a lo que pareccía una heladería. ¿Qué podría haber de malo en comer un poco?. Eché un vistazo hacia todas direcciones para asegurarme de que nadie estaba cerca, todo parecía en calma así que entré con andar acompasado y elegante. Percatándose de mi presencia el dependiente se apresuró a atenderme. De pronto, alguien más entro en el lugar...

Al fin había escapado de las clases. Ya sabía de antemano los temas que estabamos viendo y era muy aburrido permanecer allí. Alguna de las chicas ya me pasarían los apuntes y sabría que era lo que debía estudiar.
Caminando por el pueblo vi la heladería. Sin dudar entre al sitio. La campanilla toco y mire adentro. Una chica me observo. De cabellos largos y mirada profunda, me observaba. Mejor dicho estaba observando mi uniforme. La mire y la reconocí. Pertenecía a la clase nocturna..

Tras una examinación rápida no quedaba la menor duda, se trataba de un chico de la clase diurna... un humano. Volví la mirada hacia el dependiente de la heladería.

-Quisiera un helado de vainilla...- dije con voz clara. El chico avanzó hacia el mostrador, justo a lado mío para mirar la variedad de helados que allí se hallaban. Fue entonces que...

Mire la variedad de helados que tenían. Nada más delicioso. Comparado con las clases extras esto estaba mucho mejor. Una joven del lugar me atendio y me dio el helado que pedi. Lami la deliciosa crema y mire a un lado. Entonces reconoci a la chica.
- Ahh si es Ruka San - dije en voz alta, descubriendo quien era la chica que me había mirado- Debería haberme dado cuenta antes.
Me acerque un poco y en ese momento la campana de la tienda volvio a sonar. Era el maestro del cual me había escapado. Tome a Ruka de la mano y la sente a la fuerza en uno de los sillones de la heladería. La tome del rostro y la deje a escasos centimetros del mío con lo cual ocultaba mi rostro del profesor. El dio una vuelta por el lugar y se fue.
- Ahh gracias a Dios ya se fue. - Aún la sostenía y al parecer ambos nos habíamos dado cuenta de ello.

Aquella acción me había tomado -debía aceptarlo- por sorpresa, debía haber una explicación a eso y quería escucharla pronto, el aroma de un humano tan cerca de mí casi me producía un delirio extraño de sed por su sangre. Pero claro, tenía que respetar los principios impuestos por la academia, así que con un movimiento rápido me alejé de su rostro y lo miré sobresaltada.

-¿!Quién eres?!- exigí saber con prontitud, pues al tratarse de un alumno de la clase diurna resultaba difícil conocerlo. Quizás de vista pero mi cabeza no estaba en ello.

-¿Qué creías que hacías? yo...- entonces fui interrumpida por aquel chico que parecía sonreir tranquilamente.

Ella se alejo de mí repidamente y no esperaba nada menos. Realmente también podía esperar un golpe pero no ocurrio.

- Soy Lelouch Lamperouge, uno de los guardianes de la Academia Cross. Rara vez nos hemos visto de pasada. - Mire hacia otro lado para ver si no volvía el profesor.

Vi que estaba un poco sorprendida por lo que había hecho. Le di una sonrisa y la mire.

- Lo siento estaba escapando del profesor. Tengo clases extra por dormirme un poco en clase. Pero en verdad no las necesito, siempre me va bien en los examenes. - sonrei de nuevo - Pero por lo menos pude ver la expresión sonrojada de Ruka san.

Me mantuve expectante, su explicación me parecía bastante coherente pero no obstante, no podía evitar sentirme un tanto preocupada. Se trataba de uno de los guardianes de la academia... que por supuesto era humano.

-Pues creo que primero debiste presentarte jovencito, no es común ver a alguien con el uniforme de la academia vagando por el pueblo en un intento por huir de las clases extra escolares- dije con voz suave pero directa. Miraba fijamente al dependiente que al parecer estaba interesado en nuestra conversación. A los pocos segundos se esfumó.

-Mi nombre el Ruka Souen, y no es que me haya sonrojado... es solo que fue tan repentino que no podía reaccionar de otra manera- dije rápidamente, la verdad era que el aroma de su sangre inundaba el lugar, pese a ello no rompí la compostura.

- Claro que no es común. Pero ¿cuantos alumnos son lo suficientemente rapidos para escaparse de ese profesor? creo que solo los Prefectos podriamos hacer eso y tener alguna chance.-
La mire y me sonrei suavemente. Mi comentario salio suavemente pues no quería que me escuchara más que ella.
- Ruka San hace un segundo me miraste como si fueras a comerme.-
Ella se sorprendio, me miro y se echo un poco para atras. Sonrei nuevamente.
-Hey, es broma. No hace falta que te corras.

Por un segundo me sentí bastante nerviosa, ¿acaso sabría sobre el secreto de la clase nocturna?, afortunadamente todo había sido una falsa alarma. Entonces decidí actuar con naturalidad.

-¿Comerte dices?- reí casi con ironía. -¿Cómo podría hacer tal cosa, es algo imposible además... mi helado parece una mejor perspectiva- dije con tono algo más tranquilo. Sin duda este paseo por el pueblo me había traído a un destino bastante peculiar.

- Sin duda el helado es delicioso.. no te gusta con un poco de cubierta. Yo adoro la cubierta de chocolate.
Mire alrededor. El sillon donde nos habiamos sentado estaba muy comodo y oculto de las miradas de los demás. Mire mi mano, tenía un corte un poco profundo de cuando me escapaba.
- Toma un poco de cubierta, asi no se desperdiciara.- y eche un poco de sangre sobre la blanca crema, cubri mi herida bien y ya no se veia rastro de la sangre de mi mano. - Ire a pedir un poco. Ya vuelvo.
Camine un poco y la chica que me había atendido me sonrio y me dio un poco de cubierta gratis. me di la vuelta y me dispuse a volver a donde estaba Ruka.

Miré el helado como si la vida se me fuese en ello, extrañamente instigada por el aroma de la sangre de aquel humano. No cabía duda... sabía sobre el origen de la clase nocturna. Me sentí algo atemorizada ante aquella súbita e inesperada acción. El rojo vivo se fusionaba con la crema alcanzando después un tono rosado. Al final el volvió, yo aún no había probado aquel aperitivo por temor a no poder contenerme.

-Supongo que entonces sabes muy bien que clase de persona soy...- inquirí mirándolo fijamente.

- Ajam.. -dije mientras mi boca se llenaba de helado y chocolate - si no lo supiera no sería un guardián. Seria muy imprudente de parte del presidente si fuera así. - mire el helado que estaba en su mano se estaba derritiendo ligeramente me acerque y comi la punta. -No lo comes? acaso no esta bueno.

Verdaderamente el nerviosismo se apoderó de mí. Lelouch había comido un poco de mi helado y sin embargo, yo aún no me aventuraba a probarlo por temor a que la sangre humana me atrajera hacia la pérdida de la cordura. Pero era tan tentador aquel aroma...

-No he dicho que no sea bueno... es solo que...- evité su mirada, si había de hacerlo tendría que ser ahora no nunca. Acerqué el helado a mis labios y finalmente lo probé. Cuánto tiempo había pasado sin que probara una sola gota de aquel exquisito manjar. Cuando al fin hube terminado...

-Un helado delicioso- dije con voz calmada, la crema y la sangre eran una combinación peligrosa. Sonreí apenas un poco.

-¿Es acaso que no te importa que seamos así?, es cierto que eres guardian pero... ¿no nos temes?- pregunté con claro interés.

- No me importa lo que seas y no importa lo que sea yo, los humanos a veces son mucho peor. No les tengo miedo, vivi una buena parte de mi vida con ustedes, una familia de vampiros me tomo. -sonrei de lado -Me alegro que te haya gustado el helado. La verdad es que hasta a mi me gusto.

-Así que mis temores han sido infundados...- musité con mucha mayor calma. Aquel humano me parecía bastante simpático.

-Pero díme, ¿por qué llegaste a la Academia?, me dices que has vivido con una familia... ¿puedo saber de quienes se trata?- pregunté con cautela, quizás no quisiera contarmelo.

-Con que se trataba de un cazador... espero entonces no convertirme en la "presa"- puntualicé con cierto tono humorístico anque apenas notorio.

-Y díme, ¿has cazado muchos nivel E?, son una desgracia absoluta para nuestra raza.- dije mientras continuaba comiendo mi helado, la sangre de este chico resultaba ser por demás apetitosa. Me reprimí ante aquel pensamiento que tanto hubiese molestado a Kaname sama.

- He matado unos cuantos pero en verdad no soy un cazador. Hice algunos trabajos a pedido de la persona que me cuidaba, pero no me uni a la sociedad de cazadores, el director no me daba buena espina.

Recordaba a esa persona, en verdad no me inspiraba nada de confianza.

-Ya veo... supongo que los cazadores no le dan mucha confianza a nadie, especialmente a mí- asentí con una sonrisa mediática.

-Lo cierto es que pareces un chico bastante agradable aunque confieso que en un principio me sentí amenazada- agregué con simpatía.