Domitorio de Hiou Lilith ^^

Derrepente silenciosamente entre por la ventana, por su ventana. Realmente tenía ganas de verla. Como un gato en la noche me acerque a su silueta, que descansaba sobre la cama, oli su cabello y note que abrio sus ojos lentamente y sonriendo le pregunte.
- porque duermes? la noche es el mejor momento para andar..
tengo ganas de jugar, quieres jugar conmigo?
sin dejar de sonreir, con una rodilla sobre su cama, y con los brazos apollados sobre la almohada alrededor de su rostro, espero su respuesta en silencio..

Estaba teniendo un agradable sueño, pero de pronto alguien completamente inesperado me despertó.
Al principio, me sorprendió que él se encontrara allí, pero luego le sonreí dulcemente. Como ya era costumbre.
Me senté en la cama, refregué mis ojos y hable somnolienta - Duermo de peresosa - Reí por lo bajo y agregué - De acuerdo, vamos a Jugar -
Era una interesante propoesta, no Jugaba desde que era muy pequeña con mi hermana, aunque después, en mis andansas por diferentes ciudades
Para mí Jugar era asustar a los indefensos Humanos.

Me levante sonriendo y dije
- Muy bien!, empecemos el juego, yo te dare algo preciado para mi..
extendí mi mano ofreciendole un collar, el collar era de Seimei, mi hermano difunto.
-Yo te dare este collar perteneciente a mi amado hermano Seimei, y tu lo cuidaras, si realmente quieres confiar en mi, y que yo confíe en vos.
agarre su mano y deje en su palma, el preciado collar de Seimei
-tu me daras algo que realmente aprecies, y yo lo guardare conmigo.
escribire en un papel 5 cosas que jamas dije, y esperare que hagas lo mismo, nuestra confianza nos encerrara en un circulo, yo podre decirte cualquier cosa, y tu no se lo diras a nadie, y lo mismo yo hare con tus secretos
En el fondo yo realmente sabía que no era un juego, sino una forma de poder encontrar a alguien en quien confiar, al mirarla sabia que ella era igual que yo, estabamos solos, y no teníamos a nadie.
- Si no confias en mi, no aceptaras el collar de mi hermano, y olvidaras mi nombre a la siguiente noche, ni siquiera el color de mis ojos te parecera familiar, estas dispuesta a ser mi compañera aliada en la soledad de nuestras almas?
la mire fijamente esperando su respuesta, estaba seguro de lo que decía, pero mi cuerpo tamblaba como si estubiera bajo la nieve una noche de invierno.

Mis ojos, a medida que el hablaba se iban agrandando...
escuché atentamente todo lo que él me decía, y en cuanto terminó
me quedé pensando... el collar estaba en mis manos... pero para mí era muy peligroso, quizás hasta demasiado.
apreté el collar con mi mano, no muy fuerte, miré al piso... y luego volví a dirigir mi mirada a él.
Lo miré directamente a los ojos, Mis ojos violetas pasaron a ser morado profundo... ese color que hace tiempo no lograba...
Di un rápido movimiento, quedando detrás de él, afirmé mi mano en su hombro y me acerqué lentamente - ¿estas seguro? si haces esto, serás mi complice, y puedes estar en peligro... - le susurré suavemente al oido.

deje caer debiles lagrimas sobre el suelo, me di vuelta haciendo que soltara mi hombro, y la mire directo a sus ojos, ahora tan morados como un atarceder de verano.
- He perdido la persona que mas ame en mi vida, estoy tan vacio, que puedes ver atraves de mi ojos mi alma en pedazos
le agarre el rostro, y hablandole tan cerca que mi respiración acariciaba la suya en el aire y suavemente le dije
-No tengo porque temer, no tengo nada que perder, como gato negro, soy sinonimo de desgracia, la soledad es mi madre y la muerte mi destino
acerque mi mejilla a la suya, y susurrandole en el oído, con el viento llevando mi palabras le dije
-estoy dispuesto a arriesgarme por ser tu complice y confidente..ya no estaremos solos...

Otra vez esas palabras que rompían mi corazón, acompañado de un escalofrio por estar tan cerca... y esa sensación de desconsuelo que no desaparecería.
Di un suave paso hacía atras y con mi mano sequé una de sus lágrimas
- De acuerdo, hemos firmado nuestro pacto con el diablo. - tome aire y caminé velosmente a mis maletas que aun no desempacaba, estaban a un par de metros, comencé a buscar algo entremedio de la ropa, que salía volando cada vez que pasaba por mis manos, si yo me hubiera sido él, creo que pensaría que estaba furiosa...
Luego de unos minutos de busqueda hablé con emoción - Aquí está! -
Me senté en la cama y Ritsuka me imitó. Entre mis manos había una fina cajita de plata, la cual abrí lentamente, dentro de ella habían dos pares de pendientes, un anillo rojo y una pulsera con hermosos detalles, tomé ésta última y la saqué con cuidado.
Mientras la sujetaba entre mis manos, no pude evitar sentir nostalgia... quizás una vaga y solitaria lagrima se deslisó por mis mejillas.
Ahora miraba al chico, y mi vos demostraba cierto tono de seriedad
- Toma - dije colocandole la pulsera en su muñeca, - ésta es la pulsera de mi hermana, ambas teníamos una - dije mostrándole la mía... - Cuando le perdí el rastro, en la casa, junto a mi cama estaba su pulsera, pero no es cualquier pulsera - tome aire y lo mire fijamente, acerqué mi mano a mis labios, abrí mi boca dejando ver mis blancos colmillos y los enterré en mi blanca piel...
dejé caer de mi sangre sobre la pulsera que ahora pertenesia a Ritsuka
respiré hondamente y hable en vos baja - Una ves que tú hagas lo mismo que yo hice, estaremos unidos por un lazo de sangre, y, mietras tengas esa pulcera, en cualquier situación de peligro que te encuentres, por pequeña que sea yo estaré enterada, e iré a buscarte -

al ver aquella hemoza pulsera en mi manos, la cual estaba cubierta por una estela de sangre perteciente a ella, la mire y con mi boca suavemente seque los rastros que quedaban sobre su mano, su dulce sangre cubría mi lengua.
Ella se quedo mirandome fijamente esperando una respuesta, su rostro permanecía serio, levante mi cara y le dije
- Ahora, yo, Ritsuka Aoyagi..
dirigiendo mi mano a mis afilados colmillos y mordiendo suavemente hasta que la sangre naciera entre las dos pequeñas heridas..
-Hago con mi sangre, mediante un pacto, un lazo inrrompible..
y de mi mano la deje caer pequeñas gotas sobre la pulsera que ella llevaba.
-Ahora estamos unidos, y ya no esteremos mas solos, podre escuchar tu anhelos, aunque este del otro lado del mundo, y vendre por ti antes de que caiga el sol, sere la respiración en tu espalda cuando duermas y por las noches te abrazare cuando de una pesadilla no puedas despertar
después de decir estas palabras, cerre el pacto con un suave beso, sobre su frente.

Me sonrojé levemente... y pensé en lo egoísta que acavaba de ser, un muchacho tan pequeño metido en un lío como el mío, sólo para no sentirnos solos...

- Eres muy dulce - comenté
- Ahora qué sigue? neko-chan - al decir esto último reí por lo bajo...

me levante de su cama, sonriendole y cortando mi silencio le dije.
- Lilith-Sempai, la estare esperando maniana por la noche, en mi habitación..
me acerque a la ventana, y preparandome para saltar, me di vuelta, y le dije
- vendra mi querida señorita, no?
ella aún permanecía sentada en la cama, al distinguir su rostro en la oscuridad, le regale mi última sonrisa esa noche, y me fui rapidamente sin hacer ruido.
Aunque sabía que aún faltaba mucho, ya estaba esperando por ella.

Otra vez se iba sin dejarme responder...
quizás eso era lo más mágico y misterioso de él
es cómo si supiera que no me negaría

Y curiosamente, despues de que salió de la ventana, la lluvia comensó a caer.

Ahora fui yo quien demostró la sorpresa en sus ojos... Sus manos eran cálidas y dulces... puede que para otra persona, fueran un poco frías, pero para mí no lo eran.
¿Pensaste en mí alguna vez, cuando me viste en medio de la nieve?
Sus ojos estaban angustiados. Parecía como si ella quisiese decirme algo con todo su corazón, pero al final no le alcanzaran las fuerzas. Sostuve sus manos como si la sostuviera a ella y traté de comprender, aunque no era fácil. Su mirada todavia era difícil de leer... ¿Cómo podía conocerla apenas ahora?
La miré en el momento en que sus ojos se cerraron, parecía que una fuerte emoción la recorriera. Y, tal vez porque sabía lo que era escoger un camino de sufrimiento, y tal vez porque la estaba observando atentamente, comprendí.
Estreché aquellas manos y sonreí. Era la primera sonrisa pura que me salía en muchos años.
Qué hermosa chica triste...
- Está bien. Todo está bien.
Tal vez no lo estuviera. Pero siempre deseé que alguien dijera algo parecido cuando me rompía en pedazos.
El problema siempre fue que....
Nadie lo hizo.

Ella se tendió en la cama con tanta naturalidad, con tanto cansancio exhalado, que pareció de pronto tan normal como un día a día sin preocupaciones. Ladeé la cabeza para oírla y al mismo momento oír el tiempo mismo, pero no escuché nada, sólo sus palabras.
Respondí suavemente, sin que mi voz transluciera los deseos de mi corazón o los secretos de mis ojos:
- ¿Tocas algún instrumento, Lilith-san? - era una pregunta al azar, pero dentro de mí recordaba una noche aciaga hacía siete años y un laúd resonando en los rincones.